La electrificación de la percusión

• El espacio ocupado por el micrófono y su soporte.
  Su presencia en el escenario y delante del músico ha sido aceptada desde el mismo día de su invención. Para la voz es practicamente imprescindible, al igual que para muchos instrumentos musicales. No obstante, hemos de reconocer que en determinadas situaciones no dejan de ser un serio inconveniente: cables, soportes y jirafas de todo tipo impiden que el músico pueda moverse con total libertad.

• Las condiciones acústicas.
  Un micrófono no solamente recoge la señal directa del instrumento. Además, también registra el sonido indirecto. Es decir, aquel que proviene de la reflexión en las paredes, techo, suelo, etc. del auditorio. Es cierto que podemos utilizar micrófonos unidireccionales, los cuales, pueden atenuar este defecto. Aún así, junto con la señal directa del instrumento también se recogen señales de reflexión que coinciden en dirección con la primera señal. De esta manera, los altavoces del local reproducen el sonido del instrumento más las señales provenientes de la acústica del local. Con lo cual, el efecto de las resonancias, reverberación y ecos del auditorio se intensifican.
  Al utilizar una pastilla o pickup, el sistema de amplificación sólo emite la señal del instrumento, que será la que se amplifica realmente. Es evidente que el oyente recibirá esta señal más la producida por la acústica del local pero, al no existir micrófonos, la señal acústica resultante (directa más reflejada) no entra en el sistema de amplificación con lo cual se obtiene un mejor sonido.

• Los acoplamientos (Efecto Larsen).
  Todos conocemos ese nefasto fenómeno utilizando micrófonos. Incluso, aún utilizando micrófonos direccionales, si aumentamos su sensibilidad llega un momento en que empiezan aparecer ruidos y pitidos que se convierten en la pesadilla, tanto del músico como del técnico de sonido.
  También, es cierto que el efecto Larsen puede presentarse con las pastillas de electrificación. Aunque, también, no es menos cierto que este defecto sólo aparecerá con niveles de presión sonora mucho más elevados.

1. Distorsión
   La distorsión, especialmente la no lineal, debe de mantenerse en los niveles aceptados actualmente para los micrófonos.

2. Respuesta de frecuencia
   La respuesta de frecuencia ha de ser lo más plana posible. En modelos comerciales de mediados del siglo pasado, la respuesta de frecuencia dejaba mucho que desear, no tanto por la extensión sino principalmente por sus irregularidades.
   Utilizando nuevos materiales para el amortiguamiento/corrección de las resonancias, en la actualidad los pickups de calidad profesional presentan una respuesta de frecuencia razonablemente plana.

3. Relación señal/ruido
   La relación señal/ruido de las pastillas actuales es comparable a la de los mejores micrófonos. Hemos de tener presente que, tanto en cualquier tipo de micrófono como, también, en las pastillas magnéticas o piezoeléctricas, pueden aparecer ruidos y zumbidos que no provienen del elemento activo sino de las conexiones, cables, mala adaptación, etc.

4. La amplitud vibratoria
   Dada la elevada amplitud vibratoria de la mayoría de los instrumentos de percusión, la señal eléctrica resultante también será elevada respecto a un micrófono y, por lo tanto, en algunos casos podría ser conveniente utilizar entradas de baja sensibilidad.

El inconveniente que tiene esta alternativa es que no podremos regular de forma independiente el sonido de los dos instrumentos. En este caso, el control, tanto del volumen relativo, ecualización y/o efectos será el mismo para las dos partes, siempre realizado desde el mezclador central, fuera del alcance del músico. Una alternativa muy barata es utilizar un mezclador pasivo, aunque esta disposición únicamente le permite al músico el control independiente del volumen y nada más. La ecualización y/o efectos tendrá que realizarse desde la mesa de mezclas principal, lo cual, no dejará de ser un inconveniente para algunos músicos. Por otra parte, con este tipo de mezcladores se ha de ir con cuidado en lo que respecta a la impedancia de entrada, zumbidos y ruidos de fondo, por lo tanto, debe considerarse como una solución de compromiso.
La disposición más eficaz es, entonces, sustituir el mezclador pasivo por un pequeño mezclador convencional. Si, además, añadimos un procesador con salida de auriculares, el músico podrá tener control total sobre el sonido de su instrumento.

La conexión de varios instrumentos
Es, de hecho, el último caso del apartado anterior pero con más pickups conectados a un mezclador con múltiples entradas y procesador.

Importante: Algunas veces resulta laborioso quitar el papel encerado protector sin llevarse la cinta propiamente dicha. La mejor forma de separarlos es utilizar la punta de un cutter o aguja introducida poco a poco entre ellos.

Pasos a seguir para reponer la cinta adhesiva después de un uso prolongado:

1. Primero de todo deberás retirar la cinta usada y limpiar las superficies de contacto, tanto del instrumento como del pickup, quitando cualquier resto de adhesivo. Asegúrate de que las superficies de contacto se encuentren completamente secas, limpias de polvo y humedad.
2. Recorta una porción de la cinta adhesiva, doble cara, la cual, permita cubrir la superficie de contacto del pickup.
3. Retira en una de las caras de la cinta adhesiva, el papel encerado protector.
4. Seguidamente, adhiérela en la superficie de contacto del pickup realizando cierta presión con los dedos.
5. Recorta la parte sobrante.
6. Quita el papel encerado de la otra cara cuando vayas a adherir el pickup sobre el instrumento.

Respuestas comparativas en tiempo real
En la siguiente fotografía podemos observar el espectro del tambor anterior en un momento de la ejecución.